16 abr 2013

Ana Mendieta / Los otros, sushi.





La otra noche cuando volvíamos de la farmacia y hablábamos sobre la genética pensé en los silencios familiares. Tienes razón, yo tengo mi genética tocada. Son estigmas. Y la mirada de los demás lo fortalece. Yo estoy en este lugar donde se ponen en relación los pensamientos de los otros y el propio. En esto los demás cargan los estigmas, a veces los crean de la nada. Pienso en genéticas locas que llegan de no se sabe que lugar del mundo, en conexiones raras de otros tiempos y llego a un estigma único, que llevamos todos pero que algunos olvidan o no tienen presente porque ésto (la vida) no ha decidido recordárselo en un tiempo inmediato, cercano a la memoria.
Bueno, da igual. Ayer me fui con este pensamiento a la cama.

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