Al volver a casa he notado que andaba a la par que una chica. Misma velocidad, mismo pie, incluso el brazo lo movíamos de igual manera. Cuando me dí cuenta intenté pasarla, pero el ritmo se había ajustado y fue un poco complicado. En esos momentos vino a mi cabeza lo importante de la cadencia en la respiración y me acordé de una masajista-naturópata que me ayudó a reducir la velocidad de mi respiración. A veces, al lado de personas agitadas, las respiraciones se acoplan.
24/01/2012
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